1. Protección y nutrición

  1. Meninges

Las meninges están formadas por tres capas (duramadre, aracnoides y piamadre), que cubren tanto el encéfalo como la médula espinal. Tienen varias funciones, entre ellas: protección, nutrición, sostén, medio de irrigación, comunicador sensorial frente a la presión intracraneal y almacén para el recorrido del líquido cefalorraquídeo. 


  • Duramadre

Es la capa más externa. Está compuesta por una doble capa de tejido fibroso

Contiene el espacio epidural, que se sitúa en un plano superficial a la duramadre, solo se ubicará a nivel medular, de encontrarse a nivel craneal se sospecharía de algunas alteraciones como son los hematomas epidurales. 


  • Aracnoides

Es la capa intermedia. Compuesta por una sola capa de tejido conjuntivo

Contiene el espacio subdural, en el que encontraremos gran cantidad de vasos sanguíneos que atravesarán las anteriores capas para la irrigación de las misma membranas y del encéfalo.

También encontramos el espacio subaracnoideo, por el que circulará el líquido cefalorraquídeo.


  • Piamadre

Es la capa más interna. Está compuesta por una membrana ligeramente resistente de tejido conjuntivo adherido a la superficie del encéfalo.


(SEER Development Team, 2013)

  1. Circulación sanguínea

El encéfalo es irrigado por cuatro arterias, que emergen desde la arteria aorta y ascienden por el cuello, rodeando la cara externa del tronco del encéfalo, el cerebro y el cerebelo, atravesando finalmente la superficie del encéfalo. Las arterias que irrigan el encéfalo son simétricas a ambos lados del cuello. 

Su función es asegurar que la circulación sea continua, evitar diferencias de presión circulatoria (que en el cerebro pueden ser muy perjudiciales). Aseguran una distribución de riego equitativa en todas las áreas cerebrales. 


Por la porción anterior del cuello ascienden las arterias carótidas comunes y por la porción posterior ascienden las arterias vertebrales.


Las arterias carótidas comunes se ramifican en la arteria carótida externa, que nutre la cara, es decir, estructuras extracraneales como la lengua, la cara, la cavidad oral, la faringe…;  y la arteria carótida interna, que penetra el cráneo e irriga todas las partes anteriores del cerebro, aporta el mayor porcentaje del caudal y va a asegurar que la presión sanguínea y la cantidad de O2 sea la óptima


Las arterias vertebrales entran en el cráneo unidas formando la arteria basilar, que se encarga de irrigar el tronco cerebral y el cerebelo. 


Las arterias carótidas internas y la arteria basilar se van ramificando cada vez más y se distribuyen por toda la superficie cerebral, pasan por el espacio subaracnoideo y finalmente atraviesan y nutren el tejido encefálico. 


 La unión entre todas estas arterias da  lugar al polígono de Willis


El encéfalo devuelve la sangre a los riñones o a los pulmones para oxigenarla a través de las venas.


Polígono de Willis. MedinePlus. Recuperado de: https://medlineplus.gov/spanish/ency/esp_imagepages/18009.htm


                3. Líquido cefalorraquideo y sistema ventricular

El líquido cefalorraquídeo es una materia clara e incolora que circula por el espacio subaracnoideo y se origina en los plexos coroideos de los ventrículos cerebrales. Baña el sistema nervioso central: a nivel craneal y a nivel espinal.

Sus funciones principales son la protección del encéfalo bajo su propiedad amortiguadora frente a traumatismos, nutrición,  regular la presión hidrostática, ayudar a mantener la homeostasis interna cerebral, ayudar al cerebro a eliminar metabolitos para tener un ambiente adecuado en su funcionamiento, defensa frente a agentes externos y transportar hormonas, neurotransmisores y anticuerpos. 


El LCR en condiciones normales tiene un trayecto continuo e ininterrumpido y se renueva mediante la filtración a través organismos de granulación (plexos coroideos y granulaciones aracnoideas); de obstruirse estas vías podría traer consecuencias clínicas, en su mayoría lesiones irreversibles

A partir de este líquido se pueden diagnosticar las diversas enfermedades o afecciones que atacan al sistema nervioso central. 


El LCR se origina y circula por el sistema ventricular, que es un sistema compuesto por cavidades conectadas entre sí a través de canales y aperturas. 

Este sistema está compuesto por cuatro ventrículos:

  • Ventrículos laterales (primer y segundo ventrículo): situados en ambos hemisferios cerebrales tienen forma de C. Se conectan a través del tercer ventrículo por el orificio interventricular de Monro. 


  • Tercer ventrículo: es una cavidad fina y aplanada que está situada entre los tálamos y se encuentra atravesada por la comisura intertalámica. Se conecta con el resto del sistema ventricular a través del acueducto cerebral de Silvio. Tiene dos protuberancias, que son el receso supraóptico y el receso infundibular.  

  • Cuarto ventrículo: parte del acueducto mesencefálico y se extiende hasta el canal central de la parte superior de la médula espinal. Se comunica con el canal central a través de los orificios de Luschka y Magandie, a través de los que sale el LCR en dirección al espacio subaracnoideo, gracias a las cisternas subaracnoideas.


Cuando llegan a la médula espinal, los ventrículos siguen a través del canal ependimario, que es una cavidad que surge al final del cuarto ventrículo y que continúa hasta la primera vértebra de la zona lumbar.


Rodriguez, F (2020). Anatomía del sistema ventricular. Asociación Educar. Recuperado de: https://asociacioneducar.com/sistemaventricular-tercer-ventriculo


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